Voluntad, iniciativa. Motivación, disciplina.
En los años que llevo impartiendo clases, para niños, de Aikido creo que lo más importante es la asistencia a las clases para tener una progresión en el entrenamiento.
Cuando un padre me dice que su hijo no vendrá a clase porque tiene un pequeño dolor o está cansado, siempre les animo a que vengan. El motivo es muy simple, fortalecer la voluntad. Siempre uno puede encontrar la excusa para no realizar el entrenamiento, un dolor, entregar un trabajo el día siguiente, la falta de ganas, el tiempo, hace frio, calor o llueve. Por supuesto sin poner en peligro la salud del alumno, pero si llevando al límite el trabajo. La experiencia me dice que siempre que uno supera ese estado mental y realiza el entrenamiento la satisfacción está asegurada.
A veces se cree que la motivación tiene que ser 100% durante todo el año, esto es erróneo. La motivación va bien al principio para iniciar el entrenamiento, a veces te la da quedar con un compañero o amigo y llegar juntos a entrenar, otras veces la curiosidad en la actividad descubriendo cada día algo nuevo. Pero durante el curso el alumno debe crear la rutina y el habito sereno para llegar con ganas al entrenamiento, a esto último lo llamamos disciplina.
Dentro del Dojo el trabajo es individual pero funcionamos como grupo, durante el curso hay responsable de colocar el Kamiza, montar el Tatami, iniciar el calentamiento, esto a parte de cohesionar el grupo, hace que el alumno tenga una actitud activa hacia el entrenamiento, toma iniciativas, da y recibe.
Igual de importante es saber despedirse si el alumno decide marchar, de sus compañeros y de su instructor, así se construye la personalidad positiva con estos pequeños detalles.
El crecimiento personal del alumno es lo más importante en el Aikido.
En resumen venir y entrenar, entrenar, entrenar y entrenar. Los frutos llegan solos.
Sergio Muelas
2nd Dan Aikido