Aspectos importantes de la práctica

Aspectos importantes de la práctica

Aspectos importantes de la práctica

  1. Espalda recta, cuerpo relajado y la mente en calma.
  2. Expansión y contracción, duro y suave (fuerte y vacío).
  3. Ser enérgico y concentrar el Ki en el Hara.
  4. Coordinar los movimientos y mezclar lo interno y lo externo.
  5. Calma y acción.
  6. Ser firme y correcto, ser constante

 1. Espalda recta, cuerpo relajado y la mente en calma

La columna vertebral soporta el peso del cuerpo, por lo que debe mantenerse recta con naturalidad. La cabeza debe mantenerse erguida, el cuello relajado y la barbilla ligeramente metida hacia adentro, como si tuviésemos la cabeza levantada con una cuerda. No se debe curvar ni ladear la espalda para evitar tensiones musculares sobre el tronco que nos impedirían respirar con normalidad y mover los brazos libremente. Procurándonos una visión más clara de cuanto nos rodea. ¡Espalda recta, piernas flexionadas, mirada al frente! Sin importar el tipo de movimiento que efectuemos.

El cuerpo debe de estar relajado para que las posturas sean naturales y todas las partes del cuerpo puedan moverse libremente. El Aikido nos enseña a relajar las diferentes partes de nuestro cuerpo. Un cuerpo relajado facilita la concentración en la respiración y en el movimiento, posibilitando unos movimientos fluidos y continuados. Evitar la falta de energía y flacidez

Hay que estar tranquilo durante la práctica, eliminar los pensamientos que distraigan nuestra atención y concentrarse en los detalles de la técnica. Una mente en calma nos ayuda a interiorizar nuestras acciones.

 

«El cuerpo va donde llega el espíritu».

2. Expansión y contracción, duro y suave (fuerte y vacío)

La expansión y la contracción son las manifestaciones externas de la acción del espíritu interno (en este caso concreto, del Hara). Todos los movimientos que parten del Centro hacia el exterior, como la extensión o la elevación pertenecen a la expansión y todos los movimientos que van hacia el Centro, tales como la flexión o la caída pertenecen a la contracción.

Todos los movimientos finalizados (técnicas) son fuertes, pero mientras se están ejecutando son vacíos.-Ej. Cuando ejecutamos una técnica en ura (Ikkio Ura), mientras estamos pivotando estamos vacíos pero al finalizar la ejecución estamos fuertes.- Cuando nos concentramos en la mano derecha, esta es fuerte y la izquierda vacía.-

Expansión y contracción, duro y suave se manifiestan en todas las técnicas, mezclándose y cambiando entre si armoniosamente, sin embargo cuando se trata de una proyección (nage) dureza y suavidad deben ejecutarse con gran velocidad.

Esta mezcla, debe volver a mezclarse una vez más con otro agente no menos importante que es la respiración. Por lo general un movimiento de expansión va acompañado de una inspiración y un movimiento de contracción va unido a una expiración. ¡Armonizar movimiento y respiración!

3. Ser enérgico y concentrar el Ki en el Hara

 Los movimientos deben ser enérgicos y estables, debemos trabajar con energía y hacer funcionar la vitalidad (Ki) a través de nuestro cuerpo para ejecutar las técnicas con elegancia y armonía de movimientos. Los gestos deben ser relajados pero llenos de vigor, como si la fuerza interior estuviese a punto de explotar en cualquier momento. Para que esto ocurra debemos concentrar el Ki en el Hara o lo que es lo mismo, debemos estar concentrados en hundir la vitalidad en el Hara para obtener una sensación de plenitud en esta parte del cuerpo. Hay que integrar el movimiento del uke y el nuestro en el centro (Hara) y desde aquí expulsarlo con convicción, para obtener un resultado óptimo y satisfactorio para ambos.

Solo de esta manera obtendremos una postura fuerte y equilibrada, evitando el desequilibrio.

 4. Coordinar los movimientos y mezclar lo interno y lo externo

Un solo movimiento mueve todo el cuerpo. El Aikido al ser un Arte interno y un entrenamiento físico dinámico pensado para el cuerpo humano (sin imitaciones de animales como en otros estilos Budo) exige que todas las partes del cuerpo estén en perfecta armonía, unificando los movimientos de espalda, cadera, brazos y piernas. Cuando una técnica a finalizado, debemos estar perfectamente posicionados, manos y pies, espalda, cadera y ojos deben acabar de forma precisa, en el mismo momento. Hay que centrarse en coordinar los movimientos.

Pero, no basta con coordinar los movimientos solo en apariencia, se debe prestar especial atención al aspecto interno y dirigir los movimientos corporales durante la ejecución de una técnica para mezclar lo interno y lo externo en uno solo. El principiante debe preocuparse de imitar la técnica, pero una vez adquirido un cierto dominio de esta, hay que dirigir la atención hacia el interior y buscar el flujo de energía vital para conducir cualquier movimiento desde el interior hacia el exterior, facilitando la acción.

«Sin movimiento interior no hay acción exterior”. Mezclando lo interno y lo externo podremos alcanzar una coordinación perfecta y entenderemos mejor la unidad existente en la mayoría de técnicas de Aikido.

 5. Calma y acción

Nuestro espíritu necesita calma para vencer correctamente. No podemos dejarnos arrastrar por iras ni miedos infundados que solo son fruto de nuestra imaginación y que nos impedirán ver y valorar la realidad en su justa medida. Hemos de aprender a entrenar sin intención, con calma y tranquilidad, sin prisas.

Entrenar con lentitud puede ayudarnos a tener una buena base, entender y corregir los movimientos con precisión, mejorar nuestro equilibrio y potenciar nuestra fuerza interior. Pero debemos mantenernos enérgicos y concentrándonos en todo momento desde el principio hasta el final.

Si conseguimos aplicar una técnica con eficacia a una velocidad lenta, en el momento que deseemos podremos acelerarla obteniendo unos resultados realmente devastadores y del todo satisfactorios. De esta manera, damos un mayor sentido a la práctica y nuestro nivel técnico mejorara con total seguridad.

Calma y acción van unidos a lento y rápido, interno y externo.

 6.  Ser firme y correcto, ser constante

La función del entrenamiento en Aikido es sobre todo la de mejorar nuestra salud (física y mental) y la de fomentar grandes valores en sus practicantes, tales como el respeto y el amor al prójimo.

El Aikidoka debe cultivarse para ser una persona firme y correcta en todos los aspectos de la vida. En el respeto al maestro y en el respeto por sus compañeros. Así mismo debe entrenarse duramente y ser constante en la práctica del Aikido para mejorar su salud. Lo más importante es la constancia, si no se persevera, no se llegara a dominar el Arte. Únicamente con una práctica continuada se podrá entender la sutileza y la profundidad de este maravilloso Budo y llegar a obtener auténticos beneficios para nosotros, tanto físicos como mentales y morales.

 

«Habiendo practicado diez mil veces, lo maravilloso se manifestara por sí mismo». Prov. Chino

 

 

L.N. Macua 5º Dan Aikikai

Aikido Tsuki Kai

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